A Fanny (1)
Cuando algún día me sorprenda la muerte, cuando mis huesos en el polvose hundan, cuando vosotros, mis ojos –desde hace tantoarrojados a la tumba sobre el destino de mi vida,y ahora deshechos en lágrimas oren allí silenciosamente– no volverán a mirar hacia lo alto,donde está el futuro; mi pretérita fama–fruto de la fuerza de mi juventudy de mi amor por el Mesías– ahora se ha disipado, o sólo por algunosen este mundo es conservada:entonces cuando también tú, mi Fanny,hayas muerto y la alegre y tranquila sonrisa de tus ojos y su animada mirada se hayan igualmente extinguido;y tú, desconocida por la muchedumbre,a pesar de que toda tu vidaesté repleta de excelsos actos dignos de fama póstuma en una inmortal canción…¡Ah, entonces –si has sido tan dichosacomo yo lo he sido amando– no dejes que el orgulloprevalezca sobre la nobleza! ¡Así llegará el día en que vuelva a despertar!¡Así llegará el día en que vuelvas a despertar!Entonces ninguna fatalidad podrá separar las almasque la naturaleza destinó a ser una. Dios ponderará así felicidad y virtud por partes igualesen la balanza que sostiene en su mano soberana,y lo que en el tumulto de las cosas parece discordantese mostrará en eterna armonía. Allí donde te erijas jovialmenteacudiré presto hacia ti. Que yo no vague errantehasta que algún serafín me conduzca directamentea tu presencia inmortal. Vosotros, hermanos, me recibiréiscon un fraternal abrazo. ¡Mis ojos se llenarán de lágrimas,lágrimas de alegría por estar junto a ti,llamarte por tu nombre y poder abrazarte! Entonces, ¡oh inmortalidad!,nos pertenecerás por entero. ¡Ven, que la canción ya no suena!¡Venid, placeres indeciblemente dulces!Tan indecibles como lo es ahora mi dolor. Igual que el río, discurres, ¡oh vida! Se aproximala hora en la que nos encontremos bajo el ciprés.Y todos vosotros, bendecid melancólicamente el amor.De súbito, ¡nubes y oscuridad!
(1) traducción literaria de Carlos Javier González Serrano, inédita en español.
A Fanny (1)
¡No quiero lanzarme al océano